La obra de Miguel Ángel en Santo Spirito, un Crucifijo para la oración
Scultura lignea policroma [1493 ]
El Crucifijo que Miguel Ángel realizó para complacer al Prior de Santo Spirito y mostrarle así su agradecimiento por la hospitalidad recibida y por la oportunidad de estudiar la anatomía, como es sabido, durante siglos permaneció escondido, es decir, se desconocía su identidad y ubicación. Se conocía sí, su existencia pero solo gracias a la noticia que daba Vassari. Basándose en ella, la investigadora Margrit Lisner se animó a seguir buscando. Gracias a su perseverancia y a la acogida que le dio el P. Guido Balestri, ahora podemos hablar del Crucifijo de Miguel Ángel encontrado.
Desde 1962, año del hallazgo, hasta hoy, el Crucifijo ha sido protagonista de una larga historia. Después de una primera restauración fue llevado a la casa Buonarrotti, en la que permaneció hasta el año 2000, cuando los Agustinos, tras reiteradas reclamaciones, pudieron recuperarlo y llevarlo a casa. Para entonces ya no se podía colocar en su lugar original ocupado ahora por el altar y el cimborrio de Caccini. La capilla Barbadori, dentro de la Sacristía de Giuliano Sangallo, fue su nueva ubicación.